Friday, October 19, 2007

Alma


Alma,
Que aventaste cuatro respiros ovalados al mar, sin esperar recoger la estela de tus versos
Junto a la muerte que ahora me acompaña te espero,
En la espesura,
En el choque de armaduras oscuras y planetas deshojados,
En la incertidumbre de que mañana será la realidad de la que aún no estoy despierto,
Donde la muerte ya está vestida de mis palabras,
Y partió buscar las partes de un cuerpo quebrajado que el tiempo remoto olvidó.

Alma,
Retuerce las amarras ancladas por la piel aún esparcida,
Pártelas y disfrázalas del ensueño y revélales su espejo,
Azótalas contra la nada,
Desenreda su cabellera de astros que flota como el polen en el espacio,
Que brota y describe las fibras junto al muro de las ofrendas,
Esa que deshace sus siete capas para hacer brotar el vergel.

Alma,
Que vienes a reclamar tus sentidos dejados bajo la piedra,
Heme aquí, blandiendo la llave de tu mar,
Cavando las grietas dejadas en el aire,
Apareciendo tras la cortina donde dejaste de tu calce abstracto
Parado aquí este campo sideral;
Heme aquí, solo con esta quimera que desgarra en cada paso,
Aquí estoy,
Convertido en este segundo que en cada vida que nos ve pasar.

Alma,
Vengo a buscar mi partida, mi último viaje.