Monday, March 05, 2007

Pléyades

Agua tibia, tibia luz,
Noche enferma, enferma de soledad,
O la desterrada percepción,
O la inmaculada intención,
De que lleguen a ser las mismas serpenteantes,
Insolentes hermanas.

Necesidad que las empuja,
Inmensidad que las devora,
Al igual que sus lazos,
Al igual que sus brazos.

Todas son las mismas,
Pero todas no son la misma,
Ellas mismas, de quien fueron las otras realidades,
Ellas candiles, todas las que evocan.

Todas ellas los planetas;
Vientos que me llevan y me envuelven en sus danzas,
Y me llaman;
Buscar la arena, su destello canto sirena,
Sus colores de lo innombrable,
Sus sabores imperecederos,
Sus fragancias espirales;
De la misma muerte tan viva, la misma fuente.

2 comments:

almena said...

Tu verso final, un hermoso resumen. Por sí solo un poema.

Saludos

Mónica Sabbatiello said...

"De la misma muerte tan viva, la misma fuente".
Es tan precioso,
sugiere tanto.

"Necesidad que las empuja,
Inmensidad que las devora,
Al igual que sus lazos,
Al igual que sus brazos".

La misma necesidad que me empuja, la mismam inmensidad que me devora,
que te devora y te empuja, sus brazos, sus lazos, son Nuestros Lazos, Nuestros Brazos,
las creamos,
nosotros,
somos ellas,
Somos tan ellas, tan todo,
tan el germen,
tan el origen,
como los brazos,
el fulgor,
los candiles,
que evocan.