Monday, December 24, 2007

Todos los sellos de todos los propósitos


¿Qué es lo que abre una puerta?
Al parecer, las llaves también fueron creadas con el sello un propósito, de eso hablaban los cascabeles que seguían los pasos de la bruja de los dulces, de los mundos multicolores y de los silencios que profanaban los haceres del zaguán. Aquella vez había una manivela que al girarse hacía que las rodillas sintieran su memoria pasar, lo hacía con el revés una oración, con el credo de tal vez convertirse alguna vez en heridas abiertas, en sillas plateadas que eran capaces de socorrer a cualquiera. Otras veces los ojos eran los que desafiaban la posibilidad de encontrar alguna nueva grieta de la realidad tras ese portal, eran los ojos que chisporrotean ingenuamente las verdades que sin compasión alguna se vertían como medallas en el alma. Si, eran los ojos puestos en otros lugares los que abrían las puertas, los que imaginaban antiguas pieles tragadas por la tierra, los que sumergían una y otra vez sus despedidas en el polvo con el que está hecho el andar.

Está hecho, el réquiem del nacimiento promulga que todas las muertes son sino, el intento de un simulacro que al descubrir que sólo era tal, no tuvo otra opción más que lo inevitable, más o talvez menos que la dualidad inexorable que se pega sobre la frente con la savia de lucecitas titilantes y lunas que aparecen sobre las montañas una noche cualquiera, lunas escoltadas por nubes que compelen a zafarse otra vez del contemplar eterno del debate sobre los linderos, esa batalla muerta que con una pinza en la mano quita delicadamente las astillas de las viejas heridas para evitar el dolor y con la otra empuña la certeza de que aún no esta despierta, de que la única forma de aguar el festejo de las sombras es rasgando de una vez las costras secas que supuran el miedo y se esconden bajo los pliegues del embadurnarse con la morbosidad irónica del olvido de la verdad.

Lo que abre una puerta puede ser el veneno que aún da vueltas por el cuerpo haciendo estragos por donde quiere pasar, puede ser el golpe seco de un grillo que se incrusta en los oídos y dirige las posibilidades de navegar en un palacio negro sin dirección alguna, con un destino tan incierto que logró hacerse de un camino, porque todas las otras posibilidades que habían en el espacio pasado, eran todas invenciones del antojo, eran discursos sobre el cómo mantenerse y sobrevivir dentro de un corral, sobre cómo engañarse día a día, cómo golpearse la espalda y golpear la de otros para evitar la realidad acusadora, para sugerir la existencia fútil por no haber una queja suficiente, no haber una justificación racional a la esclavitud que se siente día a día en las cuncunas, la falta de milagros en los andenes y en los rebaños derrotados que regresan a sus jaulas para envidiar lo que nunca podrán tener, porque fue inventado para perseguirlo eternamente sin poderlo hallar, porque no sólo no existe, porque es la raíz de toda justificación existencial, de todo vacío que no encuentra explicación alguna en los almacenes, ni en los panfletos que invitan incesantemente a sumarse a la más adormecida, pero segura realidad.

Ha sido suficiente desenfado para no caer en el desenfreno, basta de vacilación. Cae una vez más.

No comments: